La presencia de cálculos en la vesícula biliar se denomina colelitiasis.
Es una patología muy frecuente en nuestro entorno y en el area mediterránea.
Es más frecuente en mujeres y su incidencia aproximada es del 10 % de la población.
La presentación clínica más frecuente es en forma de cólico biliar caracterizado por un dolor en la parte superior derecha del abdomen que se extiende a la espalda a la altura del omóplato (paletilla)y que suele tener relación con la ingesta previa de comida rica en grasas.
Otras veces, el dolor es “en cinturón” y el paciente refiere como una barra que le aprieta en círculo en la parte superior del abdomen y bajo las costillas.
También la descripción de pesadez, sensación de “empacho”, inflamación del abdomen preferentemente por la tarde, gases y a veces, dificultad evacuatoria pueden orientar a padecer dicha enfermedad y obliga a realizar pruebas diagnósticas.
En la mayoría de ocasiones, cede con tratamiento médico pero obliga a la realización de ecografía abdominal y analítica para corroborar la sospecha de la presencia de dichos cálculos así como la repercusión hepática con aumento de las transaminasas. Con estas pruebas se diagnostica más del 90% de las mismas. En casos excepcionales (piedras muy pequeñas, barro biliar, etc.) se emplea la Resonacia Nuclear Magnética de las vías biliares (Colangiorresonancia) para confirmar la sospecha diagnóstica.
Una vez confirmada la existencia de cálculos, la indicación quirúrgica está sentada, el procedimiento consiste en la extirpación de la vesícula biliar por laparoscopia; ésta es una cirugía que se realiza con anestesia general y que habitualmente precisa de una estancia de un día en el hospital.
Se denomina reconversión al número de operaciones que, por dificultades técnicas o anatómicas, precisan apertura del abdomen para terminar la intervención. En nuestra experiencia es del 3%.
La recuperación es rápida y requiere control dietético temporal con reentrada progresiva de todos los alimentos si bien los lácteos deben ver reducido su consumo.
Dentro de las preguntas más frecuentes que hacen los pacientes, están aquellas relacionadas con la calidad de vida sin vesícula biliar; éste órgano es un almacén de bilis puesto que esta se “fabrica” en el hígado el cual dispone de sus conductos biliares propios para hacer llegar dicha bilis al duodeno, lugar en el que se produce la emulsión de las grasas provenientes de la comida por lo que no tiene repercusión digestiva alguna.
Otra pregunta frecuente es la que se formula por pacientes que de forma accidental y por otra causa ha sido diagnosticado de colelitiasis y no tiene síntoma alguno con excelente tolerancia a todo tipo de alimentos. La respuesta es sencilla, el hecho de presentar colelitiasis aumenta el riesgo de padecer pancreatitis aguda, enfermedad grave que tiene mortalidad apreciable y que puede conducir a una catástrofe con seria repercusión en la calidad de vida de manera definitiva.
Por ello , salvo pacientes con riesgo quirúrgico alto por enfermedades concomitantes (cardiopatía, enfisema severo, obesidad mórbida, inmunodeprimidos, diabetes mal compensada, etc.) la indicación quirúrgica debe ser la respuesta siempre.