Las lesiones oculares o aquellas producidas en los ojos pueden ser leves o graves y necesitar tratamiento inmediato o incluso de cirugía a fin de evitar un daño permanente en el ojo o pérdida de visión, en casos más complejos.
Los párpados y la córnea ayudan a proteger al ojo impidiendo la entrada de objetos externos y, por tanto, se pueden recibir golpes leves sin ningún tipo de daño significativo. No obstante, ante cualquier tipo de contusión es importante que el paciente acuda a un oftalmólogo especializado para un diagnóstico completo y asegurar que no surjan ningún tipo de complicación.
Las causas más comunes
• Lesiones oculares o traumatismos causados por la práctica del deporte:
Se calcula que unas 70.000 personas sufren traumatismos oculares cada año. Una cuarta parte aproximadamente se deben al deporte como consecuencia del impacto de una pelota (fútbol, tenis, baloncesto, etc). No obstante, una correcta protección evitarían casi el 90% de los accidentes.
En los traumatismos oculares relacionados con el deporte, el grado de lesión depende del tamaño, dureza y velocidad del objeto, así como la fuerza en el ojo.
Un impacto brusco provoca que el ojo retroceda dentro de su cavidad dañando estructuras superficiales y de la parte posterior del ojo (retina y nervios).
• Lentes de contacto:
Cuando se abusa del uso continuado de lentes de contacto o lentillas puede existir el riesgo, además de irritación ocular, de rasguños en la córnea.
Las lentillas, sobre todo, aquellas con más contenido de agua, pueden secarse más fácilmente lo que además agrava los problemas de ojo seco.
Cuando existe una cicatriz no se deben poner lentes de contacto y será un médico quien indique cuándo deben volver a usarse.
• Objetos extraños dentro del ojo:
Los accidentes domésticos e industriales también son causa habitual de lesión ocular, como por ejemplo, el uso de productos químicos, pedazos de material que salen propulsados por el uso de un martillo, o incluso proyectiles de balas, dardos o anzuelo de pesca.
También son causa habitual tras un accidente de vehículo a motor, como por ejemplo tras la explosión del airbag.
También puede ocurrir que con motivo de un día ventoso se introduzca dentro de tu ojo algún tipo de partículas pequeñas, granos de arena o alguna pestaña que puedan ocasionarte mucha molestia.
• Síndrome de ojo seco:
El síndrome de ojo seco ocurre cuando el ojo produce una cantidad de lágrima insuficiente o una lágrima de mala calidad, provocado por alteraciones en las glándulas de meibomio, necesarias para evitar que se evapore la película lagrimal.
Puede ocurrir por ejemplo que se genere por tanto una lesión en el ojo cuando estos se secan al dormir y los párpados se pegan en la córnea. De forma que al intentar abrirlos se produce una molesta y en ocasiones dolorosa herida. Para ello se recomienda el uso de lágrimas artificiales.
Hoy en día, ya se aplica un tratamiento, nada invasivo ni doloroso, de luz pulsada (IPL) que reduce las molestias propias de la sequedad ocular sin necesidad de entrar a quirófano.
Síntomas de la lesión ocular
• Visión borrosa y dolor.
• Sensación de arenilla en el ojo.
• Un ojo no se mueve bien como el otro.
• Un ojo está más salido de la órbita que el otro.
• Enrojecimiento de los ojos.
¿Qué debo hacer si tengo una lesión en el ojo?
Lo primero es llamar o acudir a un centro de oftalmología para que pueda valorar el estado de su ojo un especialista. Hasta entonces:
• Evite frotar sus ojos.
• No aplique ningún tipo de presión.
• No intente sacar el objeto que se le haya quedado dentro del ojo.
• No se ponga lágrimas artificiales ni pomadas hasta que un médico realice un diagnóstico del estado de su ojo.
• Si ha recibido una quemadura o salpicadura de alguna sustancia química lave el ojo con abundante agua limpia.
¿Cómo es el tratamiento de una lesión ocular?
El tratamiento dependerá de la gravedad de la lesión, ya que si es leve el ojo puede cicatrizar por sí solo en 2 ó 3 días.
El especialista tras un adecuado diagnóstico puede realizar la siguiente prescripción:
• Gotas artificiales sin conservantes para evitar la sequedad del ojo lesionado.
• Gotas o pomada antibiótica para prevenir infección y reducir la inflamación.
Por tanto, lo más importante tras una lesión es identificar la causa y la complejidad de la misma para evitar comprometer la salud ocular del paciente.