La alimentación juega un papel fundamental en la prevención de enfermedades y en concreto en el caso del cáncer además de participar en la prevención, también es importante durante el tratamiento y está directamente relacionado con la recuperación del paciente.
Lo que dicen los estudios
Cada vez son más los estudios que intentan mostrar la importancia de la alimentación en cuanto a prevención y parte del tratamiento de varios tipos de cáncer. Más concretamente en el estudio EPIC (European Prospective Investigation on Cancer and Nutrition), uno de los estudios más amplios a nivel mundial nos muestra los siguientes datos:
- Asocia una mayor adherencia a la dieta mediterránea con una menos incidencia y mortalidad de cáncer.
- Varios estudios sugieren que mayores niveles circulantes de vitamina D (mayor ingesta de esta vitamina) pueden asociarse a una disminución en el riesgo de aparición de algunos tipos de cáncer. Hasta la fecha la evidencia más fuerte ha sido para el cáncer colorrectal.
- Una parte importante de los casos de cáncer puede ser atribuible al consumo de alcohol, especialmente un consumo superior al límite recomendado.
Otros datos de interés pueden ser que una dieta proinnflamatoria también se asocia a una mayor incidencia de cáncer y que los antioxidantes y la fibra también juegan un papel importante en la prevención de esta patología.
Por otro lado, un alto consumo en carnes rojas y carnes procesadas se asocia a mayor probabilidad de padecer cáncer. También ocurre lo mismo con un elevado consumo de grasas saturadas.
La realidad de hoy con los alimentos
A día de hoy, la población presenta dificultades para identificar los alimentos y los productos ¿por qué recalcamos este hecho en este momento? Estamos acostumbrados a llamar alimentos a productos que deberíamos desestimar en nuestra dieta. Cuando hablamos de alimentos, nos referimos a frutas, verduras, carne, pescado, legumbres, huevos, lácteos, etc ¿Dónde viene el problema?
Cada vez se consume un mayor porcentaje de carne y pescado envasado ¿hemos observado que en la etiqueta nutricional ya no solo consta el nombre del producto como ingrediente, sino que además lleva adheridos conservantes, aditivos, estabilizadores? Lo mismo ocurre con otro tipo de productos lácteos, frutas envasadas y verduras congeladas. Este hecho, da lugar a un incremento de productos nocivos para nuestro organismo propulsores de toxiinfecciones y cáncer en cantidades elevadas. Antiguamente esto era inconcebible, pero ahora ¿somos conscientes de que con el paso del tiempo su consumo se ha multiplicado de forma incontrolada?
Todo ello puede prevenirse, opta por el consumo de productos frescos, alimentos de temporada y evita todos aquellos productos envasados.
¿Cómo lo hacemos entones?
Es por ello por lo que debemos enfocar la alimentación a un marco saludable con recomendaciones básicas como:
- Debemos ingerir 5 raciones de frutas y verduras que nos aportan fibra y antioxidantes, además de muchos otros beneficios nutricionales.
- Frutos secos y legumbres también pueden aportarnos fibra, deben estar presentes en nuestra alimentación diaria.
- Limita el consumo de carnes rojas y productos cárnicos procesados como por ejemplo embutidos.
- Consume fuentes de grasa con un buen perfil nutricional como AOVE, pescados azules, frutos secos o aguacate.
- El pescado azul debe estar presente en tu dieta ya que además de contener grasas de buena calidad también contiene vitamina D.
- Limita cocciones a altas temperaturas como freír o asar a la parrilla ya que se relaciona con la producción de sustancias químicas que pueden tener efecto carcinógeno.
- Evita alimentos ultraprocesados relacionados directamente con efecto proinflamatorio en nuestro organismo.
- Elige alimentos frescos y de temporada.
La alimentación no cura, pero desde luego tiene un papel muy importante en la prevención de enfermedades, en la eficacia del tratamiento frente a las mismas y no nos olvidemos de que también participa en tener una mayor calidad de vida.
Rocío Bueno y Raquel Escortell, Nutricionistas HLA Vistahermosa