Otro año más la vuelta al colegio. Un cambio importante para nuestros hijos que llevan casi tres meses con menos rutinas, sin deberes, sin estudiar ni madrugar. Adaptarse a horarios, retomar las clases, las tareas y actividades extraescolares es un cambio muy duro después de unos meses de tanta libertad. Además, muchas veces se une la incertidumbre de qué pasará el próximo curso, qué profesores tendrán, qué compañeros y si será difícil aprobarlo.
Por todo esto, nuestros hijos precisarán que les ayudemos y acompañemos emocionalmente en la vuelta al cole, pudiendo ser positivo seguir los siguientes consejos:
- Hacerles partícipes de la vuelta al colegio, colaborando en la preparación de mochila, uniformes, horarios y reuniones escolares.
- Retomar rutinas de forma progresiva, permitiendo que los primeros días todavía puedan seguir con algunas actividades del verano, facilitando la transición.
- Fomentar hábitos saludable:
- Establecer unos adecuados horarios de sueño que permitan al niño o adolescente rendir en la jornada escolar, con especial atención a disminuir el uso de tablets y móviles por la noche.
- Potenciar una dieta saludable y equilibrada, disminuyendo azúcares y procesados, que les dé la energía que precisan para el día.
- Retomar una adecuada actividad deportiva, consensuando las actividades extraescolares que le hagan sentir bien pero sin excedernos en el número, recordando que los niños precisan tiempo de ocio, con amigos y en familia.
- Estar atentos a cómo se sienten, escucharles y reforzarles Puede ser bueno compartir nuestras experiencias y anticiparnos a los cambios, explicándoles, con entusiasmo, cómo será el próximo curso y las experiencias que vivirán.
En general, muchos niños y adolescentes se adaptarán rápidamente, con más ilusión por ver a los compañeros y con el reto de pasar de curso. Otros, sin embargo, se mostrará más tristes, inseguros o enfados, manifestándolo con problemas de conducta o emocionales, precisando más apoyo por nuestra parte. Muchas veces estas dificultades serán transitorias, desapareciendo a los pocos días. Sin embargo, en algunas ocasiones, estos problemas conductuales y emocionales podrán persistir, siendo fundamental que, junto con los profesores, investiguemos qué está pasando.
Un niño o adolescente puede rechazar la vuelta al cole si no se siente bien adaptado en el aula o hay problemas con compañeros de clase que le afecten y que debamos detectar y mejorar. También, puede rechazar la vuelta al cole porque le cueste seguir el ritmo de la clase y no quiera fracasar, pudiendo presentar un trastorno del aprendizaje, frecuentes en la población en edad escolar, y que, a menudo, condicionan problemas emocionales en nuestros hijos, con baja autoestima.
La vuelta al cole, por lo tanto, implica un momento de acompañamiento a nuestros hijos, que debemos vivir con entusiasmo, detectando dificultades que pueda haber y ayudándoles a mejorar como se sienten, como se relacionan y como aprenden.
¡Feliz vuelta al cole!
Dra. Ángela Sempere
Neuropediatra HLA Vistahermosa