Desde el año 2005, el 14 de marzo se celebra el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular con el objetivo de llamar la atención a la población acerca de la importancia que tienen las enfermedades cardiovasculares. Debemos recordar que tanto el infarto agudo de miocardio como el ictus, son la primera causa de muerte en todo el mundo y que una gran parte de dichas enfermedades podría evitarse siguiendo un estilo de vida saludable que conlleve la reducción de sus factores de riesgo.
Los principales factores de riesgo que favorecen las enfermedades cardiovasculares, son fundamentalmente: el tabaquismo, el aumento del colesterol, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el sedentarismo. Todos estos factores son modificables, es decir, podemos evitarlos o controlarlos.
Es cierto que existen algunas circunstancias que no pueden modificarse, tales como la edad (a mayor edad, mayor riesgo) o el mayor riesgo para las personas con familiares directos que han sufrido un evento cardiovascular antes de los 60 años. No obstante, los estilos de vida que incrementan la probabilidad de padecer estas enfermedades sí pueden modificarse.
Con la plena convicción de que el mejor tratamiento es prevenir la aparición de estas enfermedades nos centraremos a continuación sobre aquellas situaciones en los que sí podemos actuar.
La principal herramienta es la educación de las personas desde la infancia. Debemos comprender, que al modificar el estilo de vida hacia un perfil más saludable actuamos sobre todos estos factores modificables. Esto cobra una mayor importancia si observamos que los datos vigentes nos indican que la dirección actual, por los malos hábitos, nos lleva a un camino de eventos cardiovasculares cada vez más frecuentes.
Al analizar los principales factores de riesgo vemos que, por ejemplo, la obesidad va en aumento en los países occidentales, entre ellos, España, con una proporción de sobrepeso y obesidad cercana al 15% del conjunto de la población, afectando de manera muy alarmante a los menores y jóvenes.
Asociadas a la obesidad, la hipertensión arterial, las cifras elevadas de colesterol en sangre y la diabetes, también siguen en aumento.
Cabe recordar que la forma más común de presentación de la hipertensión es la llamada «hipertensión esencial», esto es, sin una causa bien definida ni conocida con cifras que superan los 140 mm de Hg de máxima o sistólica, y los 90 mm de Hg de mínima o diastólica.
Es importante comprender que al mejorar el estilo de vida, principalmente con la dieta y el ejercicio, podemos actuar, de forma simultánea y conjunta, para disminuir la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular, es decir, de reducir la probabilidad de sufrir nada menos que un infarto agudo de miocardio o un ictus.
Con respecto al consumo de tabaco las últimas encuestas ponen de manifiesto que los chicos y chicas más jóvenes fuman en una proporción muy superior a la esperada tras las últimas modificaciones normativas. Se sabe que el riesgo de que un fumador habitual padezca una enfermedad coronaria es el triple del riesgo que tiene quien no fuma, además del riesgo de padecimiento de enfermedades respiratorias y de diversos tipos de cáncer.
A continuación, se citan las medidas recomendadas para reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular:
- Evitar el consumo de tabaco -incluido el tabaquismo pasivo-
- Mantener una dieta sana y equilibrada, limitando al máximo el consumo de sal, evitar la obesidad y el sobrepeso (cuando la medición del perímetro abdominal es mayor de 88 cm. en las mujeres y de 102 cm. en los hombres, se considera que hay un aumento del riesgo cardiovascular).
- Desarrollar actividad física a diario (lo mínimo que se recomienda es caminar, a buen ritmo, durante 30 minutos diarios.
- Controlar las cifras de tensión arterial (por debajo de 140/90 mm Hg).
- Controlar las cifras de glucemia o glucosa en sangre (la cifra de glucosa en sangre se considera normal cuando es menor de 100 mg/dl en ayunas; entre 100 mg/dl y 126 mg/dl, y por encima de esta cifra, el médico propondrá la actuación a seguir para descartar una diabetes).
- Controlar las cifras de colesterol (el criterio de normalidad es mantener la cifra de colesterol total por debajo de 200 mg/dl).
- En caso de alteraciones se recomienda consultar con su médico.
Unidad de Cardiología Clínica e Imagen Cardiaca
Dr. Thomas A. Brouzet
Dr. Patricio Pérez Berbel
Dr. Francisco Colomina Climent
Dr. Juan Antonio Quiles Llorens
Clínica HLA Vistahermosa
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