Pilara Catalá – Enfermera HLA Vistahermosa
El verano siempre se ha considerado tiempo de relax, escapadas y viajes… Aunque este año, por las circunstancias especiales que nos acompañan, sea algo diferente a lo que teníamos planeado. Tanto si vamos a disfrutar de una larga estancia en segunda residencia, a viajar, o simplemente a pasar el día con amigos o familiares, disponemos de un pequeño aliado que puede evitar que un momento agradable se convierta en una pequeña (o gran) pesadilla de vacaciones: Nuestro botiquín de verano.
Pero no todo vale a la hora de preparar nuestro botiquín, como meter con prisas en la maleta el del año anterior que no llegamos a utilizar, ya que puede contener productos caducados o faltarle material. Tampoco utilizar uno “prefabricado” de los que contienen principalmente productos que difícilmente necesitemos. Las claves para preparar nuestro botiquín ideal son:
“Dime con quien andas…” Sí, exactamente eso. El contenido de nuestro botiquín debe adecuarse a los posibles usuarios del mismo. No es lo mismo viajar con bebés, niños, con enfermos crónicos…
“Donde fueres…” Debemos escoger aquellos productos y medicamentos que nos vayan a ser útiles en nuestro destino. Habrá lugares en los que sea poco necesario un repelente de insectos, por ejemplo, mientras que en otros será imprescindible.
“Los perfumes buenos vienen en frascos pequeños…” No sirve de nada que preparemos un botiquín enorme y poco práctico, ya que, seguramente, su peso e incomodidad harán que terminemos dejándolo en el coche o en la habitación del hotel. Es preferible llevar un pequeño botiquín con lo imprescindible, pero que nos acompañe en todo momento. A fin de cuentas, una de las características de los accidentes es que suelen ser inesperados e inoportunos…
Llegados a este punto, ya tenemos las bases claras, pero… ¿qué podemos necesitar? Las opciones son casi infinitas, pero siendo prácticos podemos resumirlas en las siguientes:
-Termómetro, mascarilla quirúrgica (FFP2 al menos, si somos población de riesgo) y solución hidroalcohólica.
-Protector solar y bálsamo para después del sol.
-Protector labial.
-Repelente de insectos y tratamiento para picaduras (preferible stick de amoniaco o similar)
– Analgésicos y antipiréticos (para la fiebre), de los que usemos habitualmente.
-Gasas estériles, suero fisiológico, antiséptico para piel como povidona yodada o clorhexidina, (mejor en monodosis), apósitos pequeños, venda autoadhesiva.
-Apósitos para las ampollas y rozaduras
-Tijeras pequeñas y pinzas (nos sirven unas nuevas para depilar)
-Suero de rehidratación oral (preferiblemente en polvo) para reponer líquidos y sales que hemos perdido por la diarrea. No recomendamos medicación para detener la diarrea de forma general, ya que puede empeorar el problema.
-Laxante para el estreñimiento.
-Tratamiento para prevenir el mareo por movimiento (cinetosis) si nos mareamos en el coche, avión, barco… ¡No confundir con los llamados “vértigos”!
-Pomada analgésica/antiinflamatoria para los golpes y dolores leves. Si se trata de un dolor fuerte, o nos dificulta las actividades diarias, necesitaremos valoración por un profesional.
Con todo esto, ya tendríamos el “básico” para multitud de situaciones, aunque, como hemos comentado anteriormente, es mucho más práctico personalizarlo a los riesgos que se nos puedan presentar.
Y como queremos que las vacaciones tengan un final feliz, os dejamos unos consejos generales respecto al manejo de medicaciones y productos sanitarios:
- Nunca automedicarse. Si le funciona a un amigo o familiar, no tiene por qué funcionarme a mí. Incluso puede resultarme muy perjudicial. Consulta siempre a un profesional y sigue sus recomendaciones de uso.
- Si utilizamos medicación habitual (para la tensión, colesterol…) es importante que llevemos cantidad extra, y en distintos lugares del equipaje, por si se extravía. Siempre llevaremos con nosotros la receta o informe que indique que debemos tomar esa medicación. Nos ahorraremos problemas en controles de equipaje y nos resultará muy útil en caso de necesitar asistencia sanitaria.
- Ten a mano en todo momento solución hidroalcohólica, en la mochila, bolso, maleta… no solamente en el botiquín. Si no queremos traernos un mal recuerdo de nuestras vacaciones, es imprescindible que extrememos las medidas higiénicas ya sea en el campo, la playa o cualquier destino de vacaciones. Si nos encontramos mal o tenemos fiebre, debemos buscar asistencia inmediatamente y mantener aislamiento hasta que se conozcan las causas del problema.
Si has llegado hasta aquí, ya debes tenerlo todo listo para pasar unas estupendas vacaciones sin sobresaltos… ¡Feliz Verano Seguro!