Dra. Carmen Terencio Alemany -Coordinadora Unidad de Dermatología HLA Vistahermosa
El acné es uno de los motivos más frecuentes de consulta en Dermatología. Es una patología del folículo pilosebáceo en la que intervienen en mayor o menor medida varios factores: exceso de producción sebácea, taponamiento del orificio folicular y la colonización de la bacteria Pitirosporum acnés, causante de la inflamación.
El cuadro clínico es variado y depende de las lesiones que predominen, ya sean comedones abiertos o cerrados (puntos negros o espinillas) o lesiones inflamatorias como pápulas, nódulos, quistes y cicatrices, aunque la mayoría de las veces se entremezclan.
La severidad del acné se calcula por el número de lesiones, la extensión , el tipo y el grado de inflamación. Hablamos de acné leve, moderado o severo.
El acné es más frecuente en los adolescentes, pero hay formas de acné tardío, que debutan en la vida adulta. Otros casos no desaparecen después de la adolescencia y persisten en la vida adulta. Son formas conocidas como acné del adulto, acné tardío o acné persistente. Es un tipo de acné que afecta al 20% de la población adulta mayor de 25 años y en su aparición influyen alteraciones hormonales, predisposición genética, estrés y la ingesta de algún medicamento como corticoides y ciertos tratamientos hormonales.
Es importante destacar la repercusión del acné en la calidad de vida de los pacientes que lo sufren, sobre todo en los adolescentes donde la importancia de la imagen física tiene una gran relevancia. En otras ocasiones son los padres los que están más preocupados por el acné de sus hijos. El impacto en la calidad de vida del paciente, no necesariamente se relaciona con la severidad real.
Algunos factores pueden desencadenar o exacerbar el acné: cambios hormonales, ciertos medicamentos o el stress. En relación con la alimentación, ha sido un tema largamente controvertido. Algunos estudios apuntan a una cierta relación con alimentos como la leche y carbohidratos, pero no hay publicaciones concluyentes y se necesitan más estudios.
El tratamiento del acné se basa en función del tipo de lesiones , severidad y la edad del paciente. Es importante el tratamiento precoz para evitar cicatrices, que luego son difíciles de erradicar. Todo tratamiento debe ser individualizado. Realizamos combinaciones de tratamientos que tenemos a nuestra disposición para obtener resultados óptimos. Generalmente comenzamos con tratamiento no agresivos como tópicos (sobre todo en la edad pediátrica y durante el embarazo) y antibióticos orales. En un grupo específico de pacientes utilizamos tratamientos con anticonceptivos orales.
Todos los pacientes con acné deben seguir las medidas generales como lavados suaves de cara, no utilizar cosméticos comedogénicos (cremas muy grasas) ya que pueden provocar o exacerbar el acné. Tampoco se deben manipular las lesiones (acné excoriado) ya que pueden retrasar la curación de las lesiones.
Entre los tratamientos tópicos más utilizados son las cremas seborreguladoras, queratolíticos como el ácido salicílico, retinoides y antibióticos. La sequedad cutánea provocada por estos tratamientos se contrarresta con crema hidratantes especificas para pieles grasas.
El gran protagonista entre los fármacos anti acné es la isotretinoina (Roacutan). Es un retinoide derivado de la vitamina A que actúa sobre las glándulas sebáceas , donde se produce el acné. Ha demostrado su eficacia en la mayoría de los pacientes tratados. La tasa remisión varía entre el 70 y el 80 por ciento. Existe un porcentaje, también variable de recurrencias. Es un fármaco sometido a controles especiales, entre otras cosas debido a su conocida teratogenia (capacidad de provocar malformaciones fetales en caso de embarazo).En el caso de su utilización en mujeres en edad fértil, solemos asociar un anticonceptivo oral. El efecto adverso más frecuente es la sequedad de piel y labios. Por regla general se hace un control analítico antes de comenzar el tratamiento y durante este. Se controla la función hepática y los lípidos. Se recomienda suspender la ingesta de alcohol . En el caso de las mujeres en edad fértil se realiza un test de gestación antes de comenzar el tratamiento.
En relación con las cicatrices de acné, lo mejor es evitarlas instaurando un tratamiento precoz. Los tratamientos se plantean cuando se ha controlado la aparición de lesiones activas. Dependiendo del tipo de cicatriz se pueden usar cremas con acido retinoico, peelings y laser. En algunos casos especiales se puede utilizar el ácido hialurónico o la cirugía. Estos tratamiento no consiguen resultados absolutos, pero pueden mejorar las cicatrices.