1. Catarro de vías altas:
Es la infección vírica más frecuente y afecta a la nariz y la garganta.
Cursa con estornudos, tos, moco nasal y fiebre.
En casa hay que evitar el ambiente seco utilizando humidificadores o depósitos de agua en los radiadores.
Los niños suelen estar inapetentes, por ello, no lo fuerce a comer y ofrézcale líquidos poco a poco para hidratarlo. Efectúa lavados nasales antes de las tomas de alimento para despejar la nariz y facilitar la respiración. Controle de temperatura con la medicación indicada por su pediatra,( paracetamol, ibuprofeno…) respetando las dosis y las horas de administración.
Si empeora el estado del niño, está muy decaído, somnoliento o irritable, si aparece dificultad para respirar ( respira muy rápido, se marcan las costillas, hunde le pecho, mueve el abdomen, escucha pitos… ) o tiene menos de 3 meses debe consultar con el Pediatra.
2. Otitis media aguda:
Es la inflamación de la mucosa que cubre el oído medio y también es la complicación más frecuente del catarro de vías altas.
Los niños mayores se quejan de dolor de oído pero en el lactante suele aparecer irritabilidad, inapetencia, vómitos diarrea o supuración del oído… La otitis puede cursar con o sin fiebre.
La mayoría se curan en 48 – 72 horas sólo con analgésicos, sin necesidad de dar antibiótico. Pero si el niño continúa con fiebre o dolor de oído más de 48 horas debe ser valorado por el Pediatra.
Es muy importante que en casa se administre el tratamiento prescrito por el pediatra cumpliendo el horario, la cantidad y las dosis indicadas. Si el oído supura, no debe entrarle agua (cuidado con el baño). No eche nada en el oído, si no lo ha indicado el médico. Utilice analgésicos orales para controlar el dolor o la fiebre. No fuerce a comer al niño y ofrézcale bastantes líquidos.
Si empeora el estado general de su hijo, comienza con importante dolor de cabeza, se inflama y enrojece la zona detrás de la oreja o no consigue que tome la medicación, debe volver a consultar en el pediatra.
3. Laringitis:
Es una inflamación de la laringe que cursa con tos perruna, afonía, dolor de garganta y fiebre. Empeora de forma habitual durante la noche.
En casa evite el ambiente seco. La humedad mejora los síntomas por ello. el niño mejora respirando el aire frío de la noche. Administre la medicación recomendada por su pediatra para la fiebre y/o el dolor. La hidratación del paciente y la posición semincorporada ayudan a mejorar los síntomas.
La mayoría de las laringitis son leves y no suelen necesitar tratamiento antibiótico. Pero si su hijo hace ruido al coger el aire estando tranquilo, tiene dificultad para tragar, babea mucho o empeora la dificultad para respirar (respira rápido, se marcan las costillas, se hunde el pecho, mueve el abdomen o se hunde el pecho, debe acudir a un servicio de urgencias.
4. Bronquiolitis:
Es la infección vírica que afecta a niños menores de 2 años y genera dificultad para respirar con “pitos “ en el pecho.
Se inicia con tos y moco nasal y al 3 o 4 día aparece la dificultad para respirar. No todos los lactantes con tos y mocos van a desarrollar una bronquiolitis y tampoco disponemos de ningún tratamiento para evitarlo.
En casa mantenga al niño incorporado, limpie la nariz con frecuencia, ofrezca líquidos para una correcta hidratación y no lo fuerce a comer.
Si empeora el estado general del niño, aumenta la dificultad para respirar, se fatiga mucho y no puede comer o se pone morado hay que acudir a un servicio de urgencias.
En la actualidad no hay ningún tratamiento que cure la bronquiolitis. El tratamiento va dirigido a mejorar la respiración mientras se cura la infección. Los síntomas pueden persistir de 2 – 4 semanas.
Algunos niños, después de una bronquiolitis, presentan episodios sucesivos de dificultad respiratoria. En estos casos el pediatra valorará la necesidad de instaurar tratamiento preventivo.
5. Neumonía:
Es la infección de los pulmones producida habitualmente por virus o bacterias. Cursa con tos, fiebre y en ocasiones dificultad respiratoria. Los niños mayores asocian dolor torácico y/o abdominal y los más pequeños pueden estar decaídos.
La mayoría de las neumonías infantiles se curan en el domicilio . Es importante que el niño tome el tratamiento prescrito por el pediatra y de forma correcta. No retire el antibiótico nunca por su cuenta y no deben administrarse jarabes para la tos, salvo bajo prescripción facultativa.
Aportar líquidos y controlar la temperatura y el dolor ayudan al paciente durante su curación.
Si empeora el estado general, no consigue que el niño tome de forma correcta la medicación, el niño continúa con fiebre tras 48 h de iniciado el tratamiento o empeora la dificultad para respirar, debe consultar con su pediatra.
Para cualquier duda lo mejor siempre es consultar con vuestro pediatra que te recomendará el mejor tratamiento según las necesidades de vuestros hijos.
Mariola García Baeza
Especialista en Pediatría y sus áreas específicas
Coordinadora de la Unidad de Pediatría de la Clínica HLA Vistahermosa.