Menopausia - HLA Vistahermosa
Menopausia

Menopausia

  octubre 17, 2020       Ginecología

Dr. César MiyahiraUnidad Ginecología HLA Vistahermosa

Definimos menopausia al cese de las menstruaciones o reglas durante 12 meses, por lo que el diagnóstico se realiza de manera retrospectiva. Este período va precedido por el llamado periodo perimenopausico que es aquel comprendido entre el inicio de las irregularidades menstruales y la menopausia.

La edad promedio en la que aparece la menopausia es en torno a los 51 años y la perimenopausia en alrededor de los 47 años; si tenemos en cuenta que la esperanza de vida de la mujer en nuestro medio es en torno a los 85 años, se puede decir que el más del 40% de la vida de la mujer se encuentra un periodo de déficit hormonal con los riesgos que ello conlleva.

Hay que tener en cuenta aquellas mujeres que se encuentran en menopausia por otro motivo (y por lo tanto entran en esta etapa a edad más temprana) como puede ser una insuficiencia ovárica prematura, tras tratamiento con quimioterapia o radioterapia y aquellas que fueron sometidas a intervención quirúrgica (extirpación de ovarios).

Ambos períodos (perimenopausia y menopausia) son el reflejo de los cambios hormonales que se dan durante la transición y posterior cese de la actividad ovárica, las mujeres pueden presentar sintomatología característica de este período:

  • Irregularidades menstruales (cambios en el patrón de sangrado que pueden ser más o menos abundantes y tener periodos de hasta dos meses sin reglas, debido a la disfunción del ovario).
  • Sofocos, caracterizados por un enrojecimiento repentino de la piel de la cara, cuello y tórax alto (escote) acompañado de una sensación de calor y finalmente sudoración. Puede durar hasta 5 minutos y acompañarse de palpitaciones, desmayos y vértigo.
  • Dolores de cabeza
  • Cambios en el estado anímico
  • Insomnio
  • Parestesias, sensación de hormigueo y adormecimiento de las extremidades.
  • Sequedad vaginal debido a la caída de los estrógenos que mantienen la lubricación y vascularización vaginal.
  • Incontinencia urinaria, debido a la pérdida de colágeno y disminución de la tensión de las estructuras que componen el diafragma urogenital; ambos procesos debidos también al déficit estrogénico.
  • Aumento de la frecuencia de infecciones vaginales debido al cambio en la microbiota (especies de lactobacilos).
  • Alteraciones en la función sexual que pueden ser multifactoriales.
  • Aumento de peso (predominantemente grasa abdominal).

Durante este periodo hay un aumento de riesgo de enfermedades cardiovasculares (infartos, accidentes cerebrovasculares), así como aumento de la descalcificación ósea, osteoporosis y riesgo de fractura. Se trata de un periodo de cambios importantes que requieren de optimización en el estilo de vida, así como de prevención de enfermedades propias de esta etapa y mejorar la calidad de vida con el alivio de la sintomatología.

Estilo de vida
En primer lugar, hay que tener en cuenta que un estilo de vida saludable disminuye la probabilidad de eventos adversos cardiovasculares, previene la osteoporosis y está relacionada con menor sintomatología climatérica, esto implica una dieta baja en azúcares que contenga fibra, frutos secos, verduras, legumbres, pescado, huevos, lácteos, aceite de oliva, etc., es decir una dieta mediterránea junto con la práctica de ejercicio moderado casi diario (ejemplo, caminar a paso ligero 30 min.). También es importante el evitar ingesta de alcohol en cantidades moderadas y dejar el hábito de fumar.

Prevención y tratamientos:

  1. Tratamiento hormonal sustitutivo: De primera línea en el tratamiento de los sofocos, aunque también tiene efecto protector para la osteoporosis y síntomas genitourinarios. Aunque es de elección para los sofocos, tiene sus limitaciones y no todas las mujeres pueden realizarlo, debe ser individualizado teniendo en cuenta los antecedentes personales, riesgos cardiovasculares de cada paciente y las posibles contraindicaciones. En general se desaconseja este tratamiento durante más de 5 años (hasta 8 años en aquellas mujeres sin útero) para no aumentar el riesgo de cáncer de mama; excepto en casos de menopausia precoz en los que se debe seguir hasta los 50 años independientemente de los años que deban seguirlo. Existe una gama de preparados farmacéuticos disponibles tanto en dosis como en vía de administración.
  2. Los antidepresivos y la gabapentina también pueden usarse como alternativa (no son de primera elección) para el alivio de los sofocos.
  3. Medicina alternativa: isoflavonas y la Cimífuga racemosa, son alternativas para la sintomatología en aquellas pacientes que no puedan o no deseen el tratamiento hormonal.
  4. Prevención de la Osteoporosis: con suplementos ricos en calcio y vitamina D así como realización de Densitometría ósea en aquellas pacientes con mayor riesgo de osteoporosis ya que nos informa acerca de la densidad ósea. Para la prevención de fracturas se pueden utilizar terapia hormonal, moduladores selectivos de los receptores estrogénicos (raloxifeno) y bifosfonatos entre otros.
  5. Mamografía: en este periodo también aumenta el riesgo de cáncer de mama por lo que se debe realizar su cribado.
  6. Controles analíticos del perfil lipídico.
  7. Control de la tensión arterial.
  8. Tratamiento local con estrógenos vaginales, lubricantes e hidratantes vulvovaginales, para el alivio de la sintomatología debido a la atrofia genitourinaria.
  9. Cribado de prevención de cáncer cervical.
  10. Control ginecológico clínico y ecográfico anual.

Dado a los importantes cambios que existen durante esta etapa de la vida de la mujer y a la variada sintomatología (muchas de las cuales algunas mujeres piensan que son algo “normal”), sumado esto a que los tratamientos deben ser dirigidos a las circunstancias de cada una de manera personalizada, e incluso al temor existente a algunos tratamientos y por ello no acceden a los beneficios que estos pueden brindarle; es recomendable asesorarse sobre los riesgos y beneficios de los tratamientos así como de las alternativas, siendo lo más importante buscar el beneficio máximo al que se puede acceder, mejorando la calidad de vida y disminuyendo los riesgos de las enfermedades que acontecen en esta etapa.

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